CAMINAMOS JUNTOS
Queridos amigos/as
Quizás no esperaseis esta carta. ¿Os puedo pedir un breve tiempo para comunicaros algo de Alguien?
Estamos en las puertas de un gran acontecimiento: la Navidad. Y siempre que se dan acontecimientos importantes, siempre hace falta una preparación. Nosotros lo llamamos a este tiempo: Adviento.
Es el espacio temporal y espiritual de preparación para encontrarnos con Jesús. Para tal acontecimiento, la Iglesia, Pueblo de Dios nos está invitando a reflexionar sobre el Sínodo de la sinodalidad.
Sabemos que el mundo actual necesita urgentemente la fraternidad. Sin darse cuenta, anhela encontrarse con Jesús. Pero, ¿cómo podemos hacer que se produzca este encuentro? Necesitamos escuchar al Espíritu junto con todo el Pueblo de Dios, para renovar nuestra fe y encontrar nuevas formas y lenguajes para compartir el Evangelio con nuestros hermanos y hermanas.
El proceso sinodal, que acaba de finalizar en la segunda fase, tiene precisamente este objetivo: ponerse en marcha juntos, en una escucha recíproca, compartiendo ideas y proyectos, para mostrar el verdadero rostro de la Iglesia: una “casa” hospitalaria, de puertas abiertas, habitada por el Señor y animada por relaciones fraternas. Para lo cual no podemos caer en los formalismos que nos convierte todo en eslóganes o en el inmovilismo que nos hace aferrar a la seguridad de nuestras costumbres para que nada cambie. No podemos vivir de teorías, sino que es importante abrir el corazón y escuchar lo que el Espíritu nos sugiere.
Podemos correr el riesgo de vivir en los temores, miedos, activismo, pero debemos animarnos a mirar nuestras personas y comunidades con esa mirada contemplativa para vivir junto a Jesús que se hace carne y se queda entre nosotros y esa acción compartida en la participación de hacer un mundo mejor y una Iglesia más creativa.
En este tiempo, me gustaría animaros a descubrir que Dios se ofrece a que encontremos que Él es comunión con nosotros. Nos prepara para acoger a su Hijo en nuestras casas y en nuestro mundo y así se hace compañero de camino en nuestras vidas.
En este camino diario del Adviento vayamos cogidos de la mano para compartir, abramos los oídos para escuchar a quienes sufren por el camino de la vida y dialoguemos con el Dios que nos quiere regalar a su Hijo para que nos enseñe a vivir la alegría de una Iglesia sinodal en comunión y un mundo en paz.
En este sentido, me gustaría pediros que hagáis una triple contribución al actual proceso de nuestra Iglesia sinodal: Haced todo lo posible para que este camino se base en la escucha a los hermanos/as. Dejémonos escrutar interiormente por la Palabra de Dios, que revela la novedad de Dios entre nosotros y nos lleva a amar a los demás sin cansarnos.
Cuanto me gustaría que entre todos hiciésemos germinen sueños, suscitando profecías y entre todos, hacer florecer esperanzas, estimulando la confianza, vendando heridas y entretejiendo relaciones.
Agradezco vuestra atención, os aseguro la oración y sabed que os acompaño en este viaje. Un abrazo
PARROQUIA INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Fernando Jordán Pemán. Párroco
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