NAVIDAD, DIOS BAJA
Queridos amigos:
Dios desciende, sí, ha venido de los cielos, ahora ha venido con todo su poder para decir que el cielo viene a la tierra con su presencia y por eso quiere hacerlo en la pequeñez de un niño envuelto en unos pañales, llamado Emmanuel, Dios con nosotros.
Este bajar describe la acción de Dios en la historia de la salvación. Este bajar de Dios viene para hacerse carne como nosotros, para liberarnos de las esclavitudes, para formar alianzas de amor entre todos sus hijos.
De Dios sólo podemos decir que baja y si confesamos que sube es para adorarle como los Reyes Magos y así confesar que antes ha bajado.
En la historia de la salvación, bajar es verbo de encuentro con los pobres y sencillos, de solidaridad con los esclavos, de compromiso con todos: “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto…He bajado a liberarlo de los egipcios, a sacarlo de esta tierra, para llevarlo a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel” (Ex 3,7-8). En este contexto, bajar es verbo de alianza, es verbo de ayuda, es verbo de amor. Este bajar es encarnación para compartir y entregar la vida por todos.
La Navidad es celebración del descenso de Dios para reconocerlo encarnado entre los pobres, para descubrirlo entre los que no cuentan en nuestra sociedad de consumo y para confesarlo con nuestras palabras y obras en la cotidianidad de cada día y acontecimiento.
Os invito a que estos días navideños vivamos la paradoja de que aprendamos de Dios hechos Hombre a ser humanos. Feliz Navidad os desea,
Fernando Jordán Pemán
Párroco
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