HOMILÍA
Escuchar la Palabra de Dios nos lleva a la reflexión y al compromiso. Bueno es escuchar, a este respecto, la homilía del sacerdote y la lectura de comentarios que podemos encontrar en las Hojas Parroquiales, en revistas de contenido religioso y en los distintos medios de comunicación social. A lo largo de la semana, dediquemos tiempo a recordar los textos bíblicos proclamados el domingo. Hagamos también oración con ellos. Pidamos al Señor que nos sugiera la enseñanza que quiere transmitirnos.
La primera lectura la hemos tomado del libro de Josué. Sucesor de Moisés en la misión de guiar a su pueblo, plantea a sus compatriotas una doble opción: “¿a quién queréis servir: a los dioses a los que sirvieron vuestros padres más allá del rio o al Señor que os liberó de la esclavitud de Egipto? El pueblo, antes de entrar en la tierra prometida, optará por el Señor. También a nosotros se nos plantea el mismo dilema: ¿Viviremos al margen de Dios o pondremos nuestra mente y nuestro corazón a su servicio? Pidamos la luz que necesitamos.
La segunda lectura, de San Pablo a los Efesios, nos recuerda esa frase tantas veces escuchada: “Dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.” El amor del marido a su mujer y de ella a su marido será la base de todo matrimonio. Un amor destinado a crecer, a desarrollarse y a llegar a su plenitud.
El relato del evangelio de Juan nos ha descrito el rechazo que provocó en muchos las palabras que habían escuchado a Jesús respecto a ese pan de vida que decía ser él. En un momento determinado, él se dirigirá a sus amigos para lanzarles la gran pregunta: “¿También vosotros queréis marcharos? ¿También vosotros rechazáis mis palabras que hablan de la necesidad de comulgar conmigo para tener vida?
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