Categoría: "COMENTARIOS BÍBLICOS"
Domingo 28 Tiempo Ordinario
- – Jesús invita a todos a la fiesta.
El Reino de Dios se parece a unas bodas. Y en las bodas hay alegría, música y baile. El primer escrito del Papa Francisco nos habla de la “Alegría del evangelio”. Jesús, en sus parábolas más importantes nos habla de “un tesoro” (lo más valioso) y una perla (lo más precioso); de una pesca abundante; de un Pastor que encuentra a su oveja; de un padre de familia que saca del arca el vestido de fiesta. El Evangelio está lleno de expresiones que nos conducen a la idea de Fiesta, de Abundancia, de Vida plena.
Domingo 27 Ordinario, ciclo A.
Esta parábola no fue recogida por los evangelistas para alimentar el orgullo de la Iglesia, nuevo Israel, frente al pueblo judío, dispersado por todo el mundo. La preocupación era otra: ¿le puede suceder a la Iglesia lo mismo que le sucedió al antiguo Israel? ¿Está la Iglesia a la altura de lo que le pide Dios? Ciertamente, es la Iglesia soñada por Dios; pero ¿está respondiendo a esos sueños? Vamos a analizarlo en tres partes:
Domingo 26º Ordinario, ciclo A.
- – No sirven las palabras sin las obras. “No se puede edificar una casa sobre arena” (Mt. 7, 26-27). En este mundo sobran palabras y faltan obras.
Jesús, que es muy comprensivo con todas las personas “hasta con los publicanos y las prostitutas”, es duro a la hora de enjuiciar a los vividores, a los que llevan doble vida, a los que con palabras bonitas dicen Sí y después es que No. En realidad, esas personas no tienen criterios, ni convicciones, son superficiales y se están engañando a sí mismas. Están construyendo su vida sobre la arena y el final de ellas va a ser un gran fracaso. Jesús nos dijo: “Yo soy la verdad” (Jn. 14,6).
Domingo 25º Ordinario, ciclo A.
- – Una parábola desconcertante.
Al principio, todo parece normal. Se trata de un buen propietario que contrata a los jornaleros con un denario y después quiere que su finca produzca más. Por eso contrata a lo largo del día a otros, incluso en la última hora. Podemos pensar en su aspecto social: le preocupa la gente en paro, la pobre gente que no tiene para dar a sus hijos el pan de cada día. Pero, a la hora de pagar, da a todos el mismo jornal. Y esto sorprende y hasta escandaliza. Podría el propietario haber comenzado a pagar a los primeros y después a los demás. Se habían ido marchando poco a poco y no se hubieran enterado de lo que pagó a los últimos. ¿Por qué no lo hizo? Lo que Jesús pretende en las parábolas es la parte “sorpresiva”, la parte “novedosa»‘, porque ahí está el centro del mensaje que nos quiere trasmitir.
Domingo 24º Ordinario, ciclo A.
- –La importancia del perdón en las primeras comunidades.
La importancia del perdón en las comunidades primitivas está motivada por la importancia que le dio Jesús. Lo afirma en el Padre Nuestro: “Lo mismo que el pan es necesario para vivir, el perdón es necesario para “convivir” (Mt.6, 12). Lo exige para poder celebrar la Eucaristía: “Si al tiempo de presentar tu ofrenda ante el altar caes en la cuenta de que tu hermano tiene algo contra ti, deja la ofrenda y vete a reconciliarte con él” (Mt. 5,23–24). Y sabemos que Jesús se muere perdonando a los que lo están asesinando (Lc.23, 34). Jesús sabe que somos frágiles, débiles, y vamos a caer. ¿Cómo poder levantarnos? Con nuestra capacidad de perdonarnos. Pero esta capacidad de perdonarnos no es posible si Jesús no va por delante. La comunidad primitiva ha quedado impactada por el comportamiento de Jesús que perdona y excusa a sus propios asesinos. ¿Cómo no le vamos a imitar, aunque sea de lejos?