Categoría: "REFLEXIONES"
PREPÁRANOS PARA LA FELICIDAD
Queridos amigos:
Tenemos ya cerca de nosotros el final de otro año y a su vez comenzamos a pensar en uno que estrenaremos pronto. Esta doble realidad nos invita a una reflexión serena.
En medio de ella, la Iglesia un año más, nos ofrece este tiempo de Adviento, tiempo de reflexión, tiempo que nos prepara a vivir la Encarnación del Hijo de Dios. El mensaje que nos trae es claro: Dios nos asegura su presencia entre nosotros.
En Jesús encontramos a un Dios que nos acompaña siempre, en tiempo de luz y de oscuridad, en espacios con fronteras y sin fronteras, en momentos de bonanza y de crisis. A lo largo de estas semanas se nos presentan escenas de personas que se debaten entre la duda y la fidelidad. Desde la asombrosa anunciación a María para ser la Madre de Jesús a la lucha de José para aceptar la desconcertante realidad del nacimiento de Jesús. Desde el sobresalto de Zacarías al desconcierto de los que escuchan a Juan el Bautista.
PASCUA– 2015
MISTERIO DE ESPERANZA
Queridos amigos:
Os anuncio una gran noticia: ¡Cristo ha resucitado y vive!
Mi felicitación más sincera y gozosa al celebrar el triunfo de la vida sobre la muerte. Sabemos que también nosotros resucitaremos, ¡anunciemos con alegría esta buena noticia!
Los cristianos seguimos afirmando nuestra esperanza en Cristo resucitado. Lo hacemos sin jactancia, porque tanto la resurrección como la esperanza en ella son pura gracia del amor de Dios.
Creer en el Resucitado es resistirnos a aceptar que nuestra vida es solo un pequeño paréntesis entre dos inmensos vacíos. Apoyándonos en Jesús a quien Dios resucitó, intuimos, deseamos y creemos que Dios está conduciendo hacia su verdadera plenitud el anhelo de vida, de justicia y de paz que se encierra en el corazón de la Humanidad y en la creación entera.
CUARESMA 2015
EL AYUNO QUE DIOS QUIERE
Queridos amigos:
El gesto que inaugura la Cuaresma nos invita a convertir en cenizas nuestro viejo corazón en pecado, y a dejar que el fuego elimine en nosotros y en la humanidad entera, toda violencia, represión, prepotencia, miedo.
Comenzamos un largo camino en el que la Iglesia nos convoca a dejar que el Espíritu renueve nuestros corazones para que, del polvo de nuestras cenizas, puedan brotar la Vida y la fiesta.
La Cuaresma es un tiempo de gracia, una invitación del Dios que quiere encontrarse con nosotros de una manera nueva y llevarnos más lejos en el camino que conduce a la Vida. En apariencia, ese camino parece que nos lleva a la muerte: una cruz se perfila en el horizonte, y quizá nos asalta el deseo de darnos la vuelta. Pero el que se decide a avanzar confiadamente cuesta arriba, hará la experiencia de que esa subida dura e incierta desemboca en una vida más auténtica, y comenzará a entender las palabras de Jesús: “El que pierda la vida por mí, la ganará”
NAVIDAD –2014
SÍ, TENGO UN SUEÑO
Sí, tengo un sueño, no un programa. Esto pensaría el buen Padre al querer que su Hijo se hiciese carne entre nosotros. Necesitamos de Alguien que nos inspire y nos haga partícipes apasionados de un sueño y no de un liderazgo que exija simplemente sumisión a un plan preestablecido y nos convierta en forzados colaboradores que solo se atienen a lo contratado. Necesitamos testigos a quienes seguir, no por obligación sino por deseo, no porque “tenemos que”, sino porque “queremos”. Ésta fue la intención de Dios al hacer posible que su Hijo se agachase para bajar y para enseñarnos a vivir sabiendo soñar.
ADVIENTO
EL DIOS QUE SE ACERCA A LA PERIFERIA
Queridos amigos:
Es para mí motivo de alegría, ponerme en comunicación con todos los hogares de los que formamos la comunidad parroquial y con todos aquellos que de una u otra forma os asomáis a nuestra querida parroquia del Inmaculado Corazón de María de Jaca.
Estamos abriendo las puertas del Adviento, tiempo que prepara nuestro corazón para la venida del Señor a cada uno de nosotros, a nuestras familias, a nuestro mundo. Es un tiempo en el que el Señor nos invita a acercarnos al gran acontecimiento de su presencia, tiempo “de renovar ahora mismo nuestro encuentro personal con Jesucristo o al menos, de tomar la decisión de dejarnos encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso” (EG nº 3).