Categoría: "REFLEXIONES"
DIOCESIS DE JACA
DELEGACIÓN DIOCESANA DE PASTORAL
DE LA SALUD
La Iglesia les propone:
– Asistir a la celebración litúrgica de este domingo, pidiendo especialmente por los enfermos, sus familiares y sus cuidadores.
– Visitar algún enfermo.
– Asistir a la charla que será impartida por un enfermo, el jueves 9 de mayo, a las 20’30 horas en la Capilla de la Casa Diocesana.
La Iglesia les recuerda:
– Que si tienen familiares enfermos, pueden solicitar que se les administre el Sacramento de la Unción de Enfermos.
– Que existe un servicio de atención a los enfermos y personas mayores, llamado Pastoral de la Salud, del cual se pueden beneficiar, o en el cual pueden apuntarse para cooperar. Interesados ponerse en contacto con el Delegado Diocesano P. Fernando Jordán, o con el Secretario de la Pastoral D. Marcos Penas, a través de cualquier parroquia.
– La charla del día 9 de mayo; la impartirá D. Javier Luque Herrán (enfermo de Esclerosis Múltiple), vecino de Jaca. Persona muy comprometida con los demás. El título de la charla es:
¿AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS? ENFERMO Y ENFERMEDAD
LA MAÑANA DEL PRIMER DOMINGO
Estamos celebrando durante todo este año, el “Año de la FE”. En esta celebración no podemos olvidar que nuestra fe debe estar centrada en Jesús. Nos apasiona su personalidad, su vida nos estimula, su mensaje nos atrae, su horizonte marca nuevas perspectivas para quienes creemos en Él… Todo esto es verdad, pero si en esta admiración termina la aventura de creer en Jesús de Nazaret, tendremos que volvernos a casa como los discípulos de Emaús al tercer día: tristes y desanimados.
Sabemos que no fue así: ¡Cristo ha resucitado! Y a partir de entonces el hombre, la vida, el sufrimiento y el gozo pasan a tener otro sentido.
El hecho histórico de la Resurrección fue atestiguado por María Magdalena, por los apóstoles y por todo un conjunto de hombres y mujeres creyentes, esperando que tú y yo también formemos parte de esa cadena de testigos. De creer por encima de todo que ha resucitado, depende nuestra fe en Dios, nuestro modo de afrontar la vida, la aceptación de nuestra propia muerte.
CON LOS OJOS PUESTOS EN JESÚS,
VIVAMOS LA CUARESMA
Queridos hermanos:
Con el rito de la imposición de la ceniza se ha iniciado la Cuaresma. Éste es un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios, la Oración, el Ayuno y la Limosna, renovemos nuestro camino de fe y pongamos al Señor en el centro de nuestra mirada y de nuestro corazón.
Este tiempo debe estar marcado por la exigencia personal, el desierto, la soledad..., no para quedarnos solamente en ello, sino para que a lo largo del itinerario de estos cuarenta días, sepamos caminar en la esperanza de vivir luego la alegría pascual.
Un tiempo para descubrir cómo Jesús se presenta en la historia, en la de su momento y en la nuestra personal de hoy, proponiendo exigencias radicales en su seguimiento. Nos invita a centrarnos en bienes que no pasan. Nos invita a acercarnos al Misterio de la Verdad, con mayúscula, y a la verdad de los pobres, de los hermanos más necesitados con los que convivimos.
NAVIDAD 2012
NOS HA BRILLADO UNA LUZ
Al acercarse esta Navidad quiero saludaros y desearos en estos días de Acción de Gracias por el aniversario del nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, abundantes bendiciones para cada uno de vosotros y vuestras familias.
El mensaje del profeta Isaías, “A los que habitaban en tierra de sombras, una luz les brilló” (Is 9,1) pronunciado hace más de dos mil seiscientos años, sigue siendo actual para nuestro tiempo y para cada uno de nosotros.
Caminamos en tinieblas y sombras, con preocupaciones, temores y dudas, con dificultades sociales y ciertas oscuridades espirituales, en situaciones de pobreza extrema, y en muchos casos con tristeza en los corazones. Vivimos muchas veces en sombras de dolor. Muchos jóvenes, miran el futuro sin esperanza por falta de oportunidades, de trabajo remunerado. La vida de mucha de nuestra gente está en riesgo. La naturaleza gime con dolor por la violación de sus entrañas.
ADVIENTO-2012
ABRE TU PUERTA
Queridos hermanos:
Al comenzar el Adviento percibimos un “timbrazo de la puerta de casa” con el que alguien nos llama a la vigilancia para que no nos quedemos dormidos y sepamos por el contrario encender la llama de la esperanza.
Es como el tiempo de los preparativos de una fiesta… o como el del embarazo de una madre… De hecho, este tiempo está marcado por una mujer embarazada: María.
Este momento de nuestra historia, marcado por el paro, dolor, inestabilidad social en algunos ambientes, está necesitado de salvación y por eso el Señor “ha rasgado los cielos y ha bajado” para estar, compartir y salvar a la humanidad.
Vivimos el Adviento y Dios también quiere vivirlo porque quiere salvar nuestros abandonos, nuestras faltas de fe, indiferencias…y hacerse presente en nuestras vidas.