TU TEMPESTAD CALMADA
Hoy quiero compartir contigo un pensamiento de parte del Señor para ti. Deseo que sea de refrigerio y de mucha bendición para tu vida:
Que el soplo de los vientos no te asuste. Estoy presente en medio de la tempestad, y en el momento adecuado la calmaré. Hablaré con ella, y con una sola palabra la reduciré al silencio.
Cuando oigas el viento y el soplo de las borrascas, cuando sientas que el mar se levanta y las olas se desencadenan, ¡no temas! ¡Háblame!
Ven cerca de Mí, refúgiate en Mis brazos. Nada podrá hacer que Mi amor por ti se hunda: ni los vientos contrarios, ni las tempestades, ni las fieras olas del mar.
Mi amor, aquí y ahora, supera la fuerza de los elementos. Frente a la tempestad por la que atraviesas, Mi amor es un faro que te conduce siempre a buen puerto, y que, sin cesar, te atrae a Mí.
Mientras tu corazón esté cerca de Mí, nada te arrancará de mis brazos: ni los vientos, ni los oleajes, ni la tormenta. ¡Mientras tu mano apriete la mía, nada nos separará!
Éric Célérier
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