
LA SAGRADA FAMILIA
– La Sagrada Familia, una familia emigrante. “Levántate, toma al Niño y a su madre, y huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise; porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. (Mt. 2,13)
Qué duro, o como se dice ahora, qué fuerte el que quieran matar al Niño apenas ha pisado este mundo. Si este Niño sólo viene a salvar…a hacer el bien…María y José, sin protestar, sin pedir explicaciones, abandonan su país, su pueblo, su casa, su familia…y marchan a Egipto, un país tan distinto y desconocido. Y allí, sin conocer a nadie, tienen que buscar un trabajo, una vivienda. Ellos eran pobres y es posible que los primeros días estuvieran sin trabajo, viviendo de limosnas, pasando por la humillación de tener que pedir…Pero esta es la situación que, a lo largo de tantos siglos, han vivido y están viviendo miles de personas que tienen que abandonarlo todo por buscar trabajo y un medio de vida. En nuestros días también van huyendo de las guerras crueles o de situaciones insoportables. Muchos de ellos mueren en el camino, hasta convertir el Mediterráneo en un auténtico cementerio. Cualquier emigrante puede acudir a esta Sagrada Familia. Ella sabe por propia experiencia lo duro que es vivir en un país extranjero…Lo ha vivido. Ella está preparada para escuchar este tipo de situaciones, no desde fuera, dando una limosna, sino desde dentro, metiéndose en el pellejo de la gente que lo pasa mal.
– La Sagrada Familia, una familia que busca el retorno. “Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que intentaban acabar con el niño” (Mt. 2.21).
Es voluntad de Dios que cada uno retorne a su país de origen donde encuentra su tierra, su ambiente, su historia. María y José se establecieron en Nazaret donde pasaron años felices, viviendo con el trabajo de sus manos. Nazaret se convirtió en una “escuela de formación”. Jesús constantemente alude a esa vida para hablarnos del Reino de Dios.
Se parece a una mujer que “mete levadura en la masa”, que “pone sal y sazona los alimentos”, que enciende “la luz de la lámpara” para que alumbre a toda la casa. Nazaret es, sobre todo, “casa de oración”.
– La Sagrada Familia es un nido de amor. La unión de Jesús, María y José es como un lago transparente donde se espeja el misterio de la Santísima Trinidad. Para José, María es la esposa ideal, cercana, cariñosa, trabajadora, sacrificada. Una mujer encantadora que él no se merece. Es un bonito regalo de Dios. Con ella todo, aún lo más difícil, se hace fácil.
Para María, José es modelo de esposo: callado, prudente, trabajador, con sólo una preocupación: hacer felices a su esposa y a su hijo. Estar con José es un verdadero paraíso.
Y los dos esposos sólo piensan en Jesús. Cuando se les pierde en el Templo no duermen, no descansan, no viven. Sin su presencia, se acaba la felicidad en esa casa.
En esta familia pensaba el Papa Francisco cuando decía:” “Los esposos son entre sí reflejos del amor divino que consuela con la palabra, la mirada, la ayuda, la caricia, el abrazo. Por eso, querer formar una familia es animarse a ser parte del sueño de Dios, es animarse a soñar con Él, es animarse a construir con El, es animarse a jugarse con Él esta historia de construir un mundo donde nadie se sienta solo”. Papa Francisco (A,L. Nº 321).
IGLESIA EN ARAGÓN
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