HOMILÍA
Celebra hoy la Iglesia la Solemnidad de la Ascensión de Jesús a los cielos. Una fiesta muy importante en el Calendario Cristiano. Una fecha en la que, en muchas Parroquias, tienen lugar las Primeras Comuniones de los niños y niñas que, durante dos años, han estado preparándose para recibir a Jesús. Bueno es que todos tengamos esta intención muy presente en nuestra plegaria. Los niños de hoy no lo tienen nada fácil para vivir su fe. Además de nuestro ejemplo, que nunca debe faltar, la oración les debe acompañar en todo momento.
La primera lectura la hemos tomado del libro de los Hechos de los Apóstoles y nos ha narrado los acontecimientos que tuvieron lugar en torno al hecho de la Ascensión del Maestro. En un momento determinado, todos escucharon estas palabras suyas llenas de significado y de compromiso: “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra”.
Jesús se va, sí, pero no tiene intención de dejarles solos. Les va a enviar al Espíritu Santo que, desde el primer momento, va a estar con ellos, les va a dar su fuerza y su ayuda. El Espíritu Santo pondrá en marcha la Iglesia. Los apóstoles se convertirán en testigos de Jesús en torno al cual se irán constituyendo las distintas comunidades cristianas. La suma de todas esas comunidades hará posible la Iglesia. Por eso, siempre pero, sobre todo en los momentos de dificultad, pidamos al Espíritu Santo que nos una, que nos ayude a querernos, cada vez más.
También nosotros estamos llamados, como los apóstoles, a ser testigos de Jesús Resucitado allí donde nos encontremos, con las personas con las que convivamos. Nuestras palabras y nuestros hechos tienen la fuerza de convencer si sabemos ser fieles a nuestra fe cristiana.
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