HOMILÍA
Hemos escuchado las lecturas propias del domingo veintinueve del tiempo ordinario. Una domingo en el que recordamos la gran Jornada Misionera del Domund, el domingo mundial de la propagación de la Fe, el domingo de las Misiones. El Domund es el día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre, el “mes de las misiones”. Nuestro donativo es importante. Los misioneros cambian la vida de muchas personas en todo el mundo. Por eso es importante ayudarles a seguir desarrollando su labor.
La primera lectura la hemos tomado del libro de Isaías. Nos ha hablado de un misterioso personaje llamado “Siervo de Yavé” que nos recuerda al Jesús que sufre Pasión y muere en la Cruz para salvar a muchos porque cargo con los pecados de ellos. Elevemos nuestra plegaria a este Jesús para que su amor llegue a todos los hombres y mujeres del mundo, también a los que están en territorios de misión.
La segunda lectura, de la carta a los Hebreos, también nos habla de Jesús, del Jesús misericordioso y compasivo que sana nuestras debilidades. Por eso, nos decía esta lectura, comparezcamos confiados ante su presencia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno. La confianza en Jesús nos caracteriza como cristianos.
El relato del evangelio de Marcos es la parte final de un episodio en el que los apóstoles Santiago y Juan sueñan con ocupar los primeros puestos junto a Jesús, por encima de los demás. Pero Jesús les va a recordar que, en su reino, los grandes, los que ocuparán los primeros puestos, serán aquellos que opten por ser servidores de los demás. Aprendamos la lección. El cristiano es el que sirve, el que ama y ayuda.
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