HOMILÍA
Hemos escuchado las lecturas correspondientes al quinto domingo de Cuaresma, un domingo que nos habla de la proximidad de la Semana Santa y de las grandes celebraciones que en ella van a tener lugar. Un domingo también que nos ha traído la buena noticia del nombramiento de un nuevo obispo para las diócesis de Jaca y de Huesca. Su nombre es Pedro Aguado Cuesta. Hasta ahora ha estado ejerciendo el cargo de Superior General de los Escolapios desde Roma. Sabemos que el catorce de junio será ordenado obispo en la Catedral de Huesca y tomará posesión de esta Diócesis. Al día siguiente, hará lo mismo de la Diócesis de Jaca en su Catedral. Que nuestra oración le acompañe como sabemos que él también está ya rezando por nosotros.
La primera lectura la hemos tomado del profeta Isaías. Entre otras cosas, nos ha venido a decir: “No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?” El Señor nos invita a mirar a ese futuro en el que surgirá algo nuevo que nos llenará de gozo y de alegría. El pasado no puede paralizarnos ni podemos perder el tiempo discutiendo sobre él.
La segunda lectura, de San Pablo a los filipenses, nos ha recordado una gran verdad: “Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor”. ¡Cuánto bien hacemos cuando dedicamos tiempo y esfuerzo a conocer mejor a Jesús! Leamos el evangelio, hagamos oración con él, descubramos al Jesús de los milagros, de las parábolas, de las enseñanzas sublimes.
El relato del Evangelio de San Juan nos ha presentado la escena en la que una mujer, sorprendida en adulterio, estaba siendo objeto del odio de una multitud que se creía mejor que ella. Jesús va a poner las cosas en su sitio con esa frase lapidaria. “El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.” Sabemos que nadie se la tiró, porque todos tenían cuentas que saldar, todos tenían pecados de los que arrepentirse.
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