«¡PONEOS EN CAMINO!»
«Los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos». No podemos esperar. El envío también es para nosotros. Llamados a salir, a proclamar. «¡Poneos en camino!» Nada de quedarse quietos. La Palabra nos ‘quema’. Los seguidores de Jesús no somos de sofá, somos de calle.
¡Hay que ponerse en camino! La gente necesita a Jesús. Con el hermano, el camino es más fácil, más llevadero. Hay que jugársela por el Reino. Envíanos a anunciar tu Reino ligeros de equipaje y con el corazón lleno de paz. Haznos a todos discípulos misioneros. Conviene no olvidar que nosotros, los discípulos misioneros de Cristo, somos corderos en medio de lobos. Y no queremos ser otra cosa.
La misión no la hacemos nosotros ni nuestros esfuerzos. Somos llamados a ir llevando nada, con la paz en los labios, la gratitud en el corazón, el anuncio en cada palabra y el Reino como un don.
No hay tarea más urgente e importante, ni mayor gozo en esta tierra, que el anuncio del Evangelio, dando testimonio del paso del Señor por nuestra vida, de la maravilla de su amor y de su misericordia.
(José María Rodríguez Olaizola, SJ)
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