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CÓMO SER UNA IGLESIA SINODAL EN MISIÓN

Los fundamentos del instrumento de trabajo (II)

La primera sección del Instrumento de Trabajo del Sínodo pretende delinear los fundamentos de la visión de una Iglesia sinodal misionera, invitándonos a profundizar en la comprensión del misterio de la Iglesia. Lo hace sin pretender ofrecer un tratado completo de eclesiología, sino poniéndose al servicio del camino del discernimiento de la Asamblea Sinodal de octubre 2024. Responder a la pregunta “¿Cómo ser Iglesia sinodal en misión?”, requiere un horizonte en el que situar las reflexiones y las propuestas pastorales, teológicas y canónicas, orientando un camino que es fundamentalmente un camino de conversión y de reforma.

En Cristo, luz de todas las gentes, somos un único Pueblo de Dios, llamado a ser signo e instrumento de la unión con Dios y de la unidad del género humano. Lo hacemos caminando juntos en la historia, viviendo la comunión que se alimenta de la vida trinitaria, promoviendo la participación de todos, con vistas a la misión común. Esta visión está muy arraigada en la tradición viva de la Iglesia.

El proceso sinodal ha permitido madurar una conciencia renovada de la misma, que se expresa en las convergencias surgidas durante el camino emprendido en el año 2021. La Primera sesión de la Asamblea Sinodal (octubre de 2023) las reconoció y las recogió en el Informe de Síntesis, que las relanzó a toda la Iglesia para el proceso de discernimiento que completará la Segunda sesión.

En esta sección se dedican varios números, en los que se abordan los temas siguientes:

  • La Iglesia Pueblo de Dios, sacramento de unidad. Del bautismo surge la identidad mística, dinámica y comunitaria del Pueblo de Dios. En el bautismo, Jesús nos reviste de sí mismo, comparte con nosotros su identidad y su misión (cfr. Gál 3, 27).
  • El significado compartido de sinodalidad. Los términos sinodalidad y sinodal, derivados de la antigua y constante práctica eclesial de reunirse en sínodo, se ha comprendido mejor y se han vivido más plenamente gracias a la experiencia de los últimos años.
  • La unidad como armonía en las diferencias. Esto es obra del Espíritu Santo, que es la armonía en persona, como afirma San Basilio.
  • Hermanas y hermanos en Cristo: una reciprocidad renovada. En la Iglesia hay una reciprocidad entre hombres y mujeres y existe la necesidad de dar un reconocimiento más pleno a los carismas, la vocación y el papel de las mujeres en todos los ámbitos de la Iglesia.
  • Llamada a la conversión y a la reforma. El deseo de recorrer este camino es en sí mismo un fruto de la renovación sinodal.

Vicente Jiménez Zamora Administrador apostólico de Huesca y de Jaca

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