«RESUCITÓ EL SEÑOR, ¡ALELUYA!
Tú eres el fuego del amor que incendia nuestros corazones.
SEÑOR, que resuciten mis manos para que sean delicadas y sepan dar. SEÑOR, que resuciten mis ojos para que sepan ver al necesitado y para que los demás se sientan felices por mi modo de mirarles.
SEÑOR, que resuciten mis oídos para que sepan oír tu voz y no queden sordos a las voces que llaman y piden comprensión. SEÑOR, que resucite mi boca para que dé testimonio de Ti y consiga despertar sonrisas.
SEÑOR, que resucite mi corazón para que sea templo vivo de tu Espíritu y sepa dar calor y refugio, que sea generoso en perdonar y comprender y aprenda a compartir dolor y alegría con un gran amor. DIOS mío, dispón de mí con todo lo que soy y con todo lo que tengo. Que mi vida tenga el sabor y el perfume de Jesús Resucitado. Amén…»
Debe estar conectado para enviar un comentario.