CON LOS LABIOS Y EL CORAZÓN
“Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío”.
Me hace pensar mucho esta frase. Jesús quiere recalcar que no tengamos doble cara, doble faceta, que no hagamos las cosas por cumplir. No quita ningún precepto; lo que le da es sentido, le da el valor y el valor del corazón, el valor del amor. Es hacer de mi vida una vida con corazón. ¿Y qué es hacer de mi vida una vida con corazón? —yo me lo pregunto—. Es amar en todo “hasta que me duela”, como decía la Madre Teresa de Calcuta. No es hacer lo que hago, sino cómo lo hago y cuánto amor pongo en lo que hago. Así lo ordinario será, con el amor, extraordinario.
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