DIME QUIÉN ERES
Ahora que la noche es tan pura, y que no hay nadie más que tú, dime quién eres. Dime quién eres y por qué me visitas, por qué bajas a mí que estoy tan necesitado y por qué te separas sin decirme tu nombre.
Dime quién eres tú que andas sobre la nieve; tú que, al tocar las estrellas, las haces palidecer de hermosura; tú que mueves el mundo tan suavemente, que parece que se me va a derramar el corazón.
Dime quién eres; ilumina quién eres; dime quién soy también, y por qué la tristeza de ser hombre; dímelo ahora que alzo hacia ti mi corazón, tú que andas sobre la nieve. Dímelo ahora que tiembla todo mi ser en libertad, ahora que brota mi vida y te llamo como nunca. Sostenme entre tus manos; sostenme en mi tristeza, tú que andas sobre la nieve.
Himno de la liturgia romana
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