« PLEGARIA EN EL 2º DOMINGO CUARESMA |
ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Cuando hablamos de la Ascensión de Jesús, instintivamente nos viene la imagen del Señor subiendo, como si fuera un astronauta. La imaginación siempre nos lleva a entender, que el Paraíso de Dios está en las alturas. Así lo debía entender el ruso Gagarín. Cuando volvió de su viaje espacial, dijo con mucha ironía, que se había paseado por el cielo y no se había encontrado con Dios.
Nosotros sabemos que nuestro lenguaje es muy limitado para hablar de los misterios de Dios. Nos sirve para entendernos, pero no para comprender la verdad en su plenitud.
En esta Fiesta, hacemos un acto de fe en el Cristo de la Gloria. El Señor resucitado, se apareció repetidas veces, les dio muestras de que estaba vivo y les despidió. No lo volvieron a ver como antes. El cómo desapareció de la vista de los suyos es algo misterioso. El Credo lo dice con pocas palabras: "Y subió al cielo". Esta es nuestra fe.
- LOS RELATOS DE SAN LUCAS
A) El acontecimiento.
Es San Lucas el que nos cuenta este acontecimiento en dos relatos.
Hechos de los Apóstoles. "Le vieron levantarse, hasta que una nube se lo quitó de la vista...".
Evangelio. "Los sacó hacia Betania. Levantando las manos los bendijo y mientras los bendecía se separó de ellos".
La noticia no puede ser más austera. Los bendice porque es la hora de la despedida. Y como el misterio envuelve ese momento de la desaparición de su vista recurre a la nube. Como en la Transfiguración, una nube envolvió a los discípulos, (Mc.9.7) o como se anuncia "entre nubes" la venida final del Señor, (Mc.13.26), así una nube oculta este momento.
Es un género literario, una manera de explicar, lo que las palabras no pueden expresar. También en el A.T. el "Hijo del hombre" aparecía entre nubes. (Dan.7.13). El Señor entra en su Gloria y vive para siempre, esto es lo que sabemos.
B) Les promete el Espíritu Santo y les pide que sean sus testigos.
Hechos. "Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos..."
Evangelio. "Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido..."
Lo que el Padre había prometido era el Espíritu Santo. El Espíritu de la verdad, la fortaleza, el consuelo... Torrentes de agua viva. (Jn.16.7; 7.37.39). Y con esa fuerza interior los compromete a ser sus testigos en todo el mundo.
En estas dos palabras: Espíritu de Dios, para ser testigos, está descrita la vivencia de la Iglesia, que continúa la obra de Jesús.
La Iglesia, –comunidad de creyentes con Cristo cabeza–, es el espacio donde se nos comunica el Espíritu de Jesús. La Palabra, los sacramentos, el don de caridad, la comunión entre nosotros... nos dan la luz y la fuerza de Jesús. Y así podemos ser testigos. Cristianos por dentro, podemos testimoniarlo, comunicarlo, hacer vivo el misterio del Señor.
C) "Volverá como lo habéis visto marcharse..."
Esta palabra de los Ángeles es una palabra consoladora. Los discípulos se quedaban tristes porque perdían a su Señor. Llenos de añoranza. Con los ojos en el cielo y los brazos cruzados. Y esta promesa de la vuelta es una palabra de esperanza. Tienen que llevar adelante la misión de predicar el Evangelio. Comienza el tiempo de la Iglesia. "Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría". Actúa ya la fuerza del Espíritu.
- LA EPÍSTOLA DE SAN PABLO
En el clima de esta Fiesta, leemos un pasaje de la Carta de San Pablo a los de Éfeso. Viendo el poder de Dios, que ha dado esta Gloria a Jesucristo, vendedor de la muerte y sentado a la derecha del Padre, el Apóstol pide para ellos y para nosotros... Que Dios nos abra los ojos de la fe y nos llene de esperanza, para que caminemos por la vida sabiendo, que también nosotros, –el Cuerpo de Cristo, su Iglesia–, un día participaremos de la Gloria de Jesús. La Ascensión de Jesús, la certeza de que está en el Cielo, nos anima a caminar en esperanza. El Cielo de Jesús será nuestro Cielo.
- LECCIONES DE ESTE DÍA
Avivar la fe. El Cristo glorioso lo invade todo con su presencia. Es también el Emmanuel el Dios que camina conmigo.
Pedir con insistencia que venga el Espíritu. Lo necesitamos
Estamos llamados a ser testigos de Jesús... Gentes que lo manifiestan con su vida.
+MONS. JOSÉ MARÍA CONGET