« PLEGARIA EN EL 2º DOMINGO CUARESMA |
« ¡SANTO, VEN!»
Hoy comienza el Adviento. Nos preparamos al que viene. Rezamos en la Oración: "Aviva en tus fieles el deseo de salir al encuentro del Cristo que viene..."
Toda la caravana de la Iglesia, desde los mil puntos de la geografía, nos ponemos en camino hacia la Navidad. Recordando que en ese día Él se injertó en nuestra Historia, queremos que se haga más presente en nuestras vidas.
El grito, que se hace canción, es reiterativo. "¡Ven, ven Señor! No tardes".
Todo el ambiente de la Iglesia es de una indiscreta austeridad, como una larga vigilia. Pocas flores, luces tenues. Música ambiente. No olvidamos el gregoriano, con sabor de muchos siglos. "Rorate coeli desuper et nubes pluant justum". (Cielos dadnos vuestro rocío y que las nubes nos lluevan al justo).
En la Liturgia prevalece el color morado. Se parece al color de la tierra en sementera. Pasará el invierno y llegará la primavera. Habrá florecido el Señor.
En muchas Iglesias nos encontramos la "Corona de Adviento". Cuatro velas que se irán encendiendo, Domingo tras Domingo, como una esperanza que se acerca. La plenitud de la luz nos llegará en la Nochebuena.
Solemos adelantar a la Virgen al primer plano del altar. Que a Ella, –celebramos la Novena de la Inmaculada– no le falte alguna flor.
Y este año quien nos va a conducir es San Lucas. Le llamamos el Evangelista de la Virgen, de la misericordia, de lo pequeño, de las mujeres, de los detalles... Es un buen narrador con un corazón que se le escapa. Muchos creen, que no sólo fue amigo de San Pablo, sino que vivió muy cerca de la Virgen y por eso sabe tantas cosas de la infancia del Señor.
El Adviento es tiempo de alegría. Nos llenamos de gozo en la espera de Jesús.
Las Lecturas de Misa.
Jeremías. Anuncia la venida del Señor, en cumplimiento de una promesa. El Mesías será descendiente de David. Traerá justicia–santidad a la tierra. Con Él nos llegará la salvación y la paz. Esta promesa se cumplió en Navidad. Por eso la celebramos llenos de gratitud, en un clima de larga oración.
Carta de San Pablo a los de Tesalónica. Nos advierte cómo nos tenemos que preparar a la venida del Señor. (Se trata de reconocerlo, de encontrarlo... porque Él vive con nosotros).
Pablo nos recomienda: Fidelidad al Señor. "Habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios. Amor. "Os haga rebosar de amor mutuo..." Fortaleza interior. Necesitamos la fuerza de Dios para mantener- nos en fidelidad en un tiempo de esperanza. Todo está recogido en la Oración de la Misa. "Acompañados por las buenas obras..."
Evangelio de San Lucas. Es una invitación a la vigilancia. Nos habla de la última venida. Del fin del mundo, del fin de nuestra Historia, de una liberación total y nos pide que estemos despiertos: "Manteneos en pie..."
Adviento
Tiempo de esperanza. La fe y la esperanza van siempre unidas. La fe nos descubre a Jesús y nos ayuda a vivir en esperanza. La esperanza es un futuro nuevo garantizado por Dios. Será plenitud en el cielo. Aquí es garantía de una realidad nueva, porque no caminamos solos ante las estrellas o frente al egoísmo humano. Dios va con nosotros y cumplirá sus promesas. La esperanza que nace de la fe es siempre activa. "¿Qué quieres que haga, Señor?" Por eso hacemos "obras buenas", animados por la fe.
Tiempo de amor y fidelidad a Jesús. La página diaria del mundo nos habla de egoísmo, individualismo, corazón que se encierra en apasionada felicidad. Y nuestro mundo camina en desilusión y tristeza. "Las buenas obras" de los que esperan la venida de Jesús, llenarán de alegría nuestro mundo. Hacia la Navidad de Jesús sólo se puede caminar con el corazón en la mano y los ojos bien abiertos a las necesidades de los otros.
Tiempo de María. Nadie como Ella disfrutó con Jesús, porque nadie como Ella creyó y esperó en Él. Desde hoy, recorramos el camino de Adviento, en Iglesia, con María y los hermanos y llegaremos a Jesús.
+MONS. JOSÉ MARÍA CONGET