« PLEGARIA EN EL 2º DOMINGO CUARESMA |

HOMILÍA
En todo domingo de Ramos escuchamos palabras de gozo, de alegría, de entusiasmo desbordante pero también se oyen o se presienten otras que hablan de pasión, de sufrimiento, de cruz, de muerte. Y es que los ramos de olivo son el pórtico de entrada de una semana dramática en la que van a suceder hechos, se van a realizar gestos y se van a decir cosas que han marcado la vida de los cristianos de todos los tiempos. Es verdad que todo esto lo hemos recordado, vivido y celebrado muchas veces a lo largo de nuestra existencia, pero no está mal que, este año, una vez más, pongamos toda la carne en el asador y nos dispongamos a celebrar la Semana Santa como si de aquella primera Semana Santa se tratará porque, aquella, tuvo mucho que ver con nosotros y nosotros también tenemos mucho que ver con el que la protagonizó en su día.
¡Ojalá que esta semana que hoy comenzamos sea una semana grande, una semana en el que los días de vacaciones, propios de estas fechas, nos ayuden a centrarnos en el misterio que celebramos! Una semana en la que, el descanso del trabajo, nos facilite la labor de sintonizar con los sentimientos de un Jesús que camina hacia la cruz por amor a todos los hombres. Una semana en la que participemos en las distintas celebraciones: en la del Jueves Santo recordando la institución de la Eucaristía o la proclamación del mandamiento del amor como nuestro signo distintivo, así como el lavatorio de los pies, signo visible y elocuente de la actitud de servicio y de entrega que, como cristianos, estamos llamados a adoptar.
El viernes Santo nos traerá el recuerdo de la muerte de Jesús en la cruz y, a través de esa Hora Santa o de ese Vía Crucis, que haremos por la mañana, o de la celebración de la muerte de Jesús, que tendrá lugar por la tarde, en una ceremonia en la que escucharemos el relato del Pasión de Jesús, besaremos la cruz y comulgaremos con la eucaristía reservada el día de Jueves Santo, reviviremos el momento cumbre de nuestra redención y recordaremos a los cristianos que viven hoy en Tierra Santa guardado los lugares santos. Por ellos, para ayudarles, para que siga habiendo presencia cristiana en el país de Jesús, haremos ese día una colecta especial.
El sábado por la noche, en la Solemne Vigilia Pascua, viviremos el momento cumbre de nuestra fe y de nuestra vivencia cristiana: recordaremos la resurrección de Jesús. Lo mismo haremos el día de Pascua y los cincuenta días del tiempo Pascual en los que el Cirio encendido presidirá todas nuestras celebraciones y encuentros. Pero no adelantemos acontecimientos. Hoy es Domingo de Ramos. Jesús entra en Jerusalén y nosotros con Él. Vivamos con pasión la Semana Santa.