Categoría: "NUESTRO OBISPO"
“SERÉIS MIS TESTIGOS”
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
Nos sentimos corresponsables en el anuncio del Evangelio y en la profundización de la vida de fe en los territorios de primera evangelización. Es necesario apoyar a las nuevas Iglesias particulares en su nacimiento, crecimiento y desarrollo. Es urgente acompañar y animar, de modo solidario y fraterno, con la oración y la colaboración económica.
COLECTA EN FAVOR DEL PATRIMONIO DIÓCESIS DE JACA 2021
Con el paso del tiempo, ha crecido la sensibilidad y el interés por el patrimonio histórico, artístico, monumental y documental que existe en la Diócesis de Jaca, Se ha extendido la valoración de todo el legado que recibimos de nuestros predecesores y que hemos de transmitir a las generaciones futuras.
YO ESTOY CONTIGO TODOS LOS DÍAS
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
El Santo Padre ha instituido la Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores que, se celebrará el cuarto domingo de julio, en la proximidad de la memoria litúrgica de san Joaquín y santa Ana, abuelos de Jesús. Según el Papa, “la vejez es un regalo” y “los abuelos son el eslabón entre las generaciones, para transmitir a los jóvenes experiencias de vida y de fe” (Ángelus, 31 enero 2021).
ADORACIÓN EUCARÍSTICA
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
La presencia de Cristo en la Eucaristía es permanente. Después de la celebración eucarística, el Señor sigue vivo en el sagrario. El pan y el vino se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y esta transformación no se detiene, sino que se prolonga hasta transformar a las personas y a toda la historia.
ESCRIBE NUESTRO OBISPO
Queridos hermanos en el Señor:
Os deseo gracia y paz.
En su Mensaje para la IV Jornada Mundial de los Pobres, titulado “Tiende tu mano al pobre” (cf. Si 7,32), el Papa Francisco nos recuerda varios puntos, de los cuales recogemos algunos:
1) “La oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables. Para celebrar un culto que sea agradable al Señor, es necesario reconocer que toda persona, incluso la más indigente y despreciada, lleva impresa en sí la imagen de Dios” (nº 2).