« PLEGARIA EN EL 2º DOMINGO CUARESMA |
Dic
31
BENDICIÓN
Bendito seas, hombre o mujer, de toda lengua y nación, de cualquier era, habitante de la tierra y del tiempo. Dios susurra tu nombre desde la eternidad, un nombre único y distinto, cambiante con las edades, con la vida, con la historia. Ese nombre es bendición. Y es, a veces, caricia. Es llamada; es, incluso, el reproche de quien se fía de ti y sabe que puedes dar más, amar más, volar más.