« PLEGARIA EN EL 2º DOMINGO CUARESMA |
EL SEMBRADOR
Jesús, con la parábola del sembrador me haces comprender que toda mi vida está llena de buenas semillas; van cayendo constantemente y, a menudo, sin darme cuenta. Son un regalo de la naturaleza, de las personas, un regalo tuyo. Estas semillas están llenas de la fuerza de la vida, pero el fruto que produzcan está condicionado por la calidad del terreno que encuentran en mí,
Mis actitudes permanentes o momentáneas condicionan el fruto de las buenas semillas y la acción del Espíritu de Dios que las vivifica. Siempre respetas mi libertad Y quieres que me sienta responsable de lo que soy y hago. Ya sabes que soy débil, que a menudo tengo miedo a esforzarme.
Dame la fuerza de vida y amor de tu Espíritu para tener siempre la tierra muy bien preparada y limpia de todo lo que pueda impedir a las buenas semillas dar un fruto abundante: un fruto de vida eterna.