« PLEGARIA EN EL 2º DOMINGO CUARESMA |
CORREGIR SIN CONDENAR
La corrección fraterna es un acto de caridad, tal y como nos lo recuerda el evangelio de este domingo, pero, si al corregir, nos sentimos superiores a los demás, si les humillamos delante de otros, si les herimos con nuestras palabras, si les condenamos, si solo vemos lo malo que hay en ellos…no estamos siendo fieles al pensamiento de Jesús.
Corregir con amor, con delicadeza, con ternura, en privado, sabiendo que no somos mejores que nadie, sintiendo el mismo dolor que el hermano está sintiendo al escucharnos…es la mejor forma de hacerlo.
Pidamos al Señor que nos enseñe a corregir al hermano, cuando sea necesario; y a aceptar con humildad su corrección, cuando seamos nosotros los necesitados de la misma.