« PLEGARIA EN EL 2º DOMINGO CUARESMA |
Mar
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Libra mis ojos de la muerte; dales la luz que es su destino. Yo, como el ciego del camino, pido un milagro para verte. Haz de estas piedras de mis manos una herramienta constructiva; cura su fiebre posesiva y ábrela al bien de mis hermanos.
Que yo comprenda, Señor mío, al que se queja y retrocede; que el corazón no se me quede desentendidamente frío. Guarda mi fe del enemigo (¡tantos me dicen que estás muerto!). Tú que conoces el desierto, dame tu mano y ven conmigo. Amén.
Liturgia de las Horas