Categoría: "HOMILIAS"
HOMILÍA
Habiendo dejado atrás el tiempo de Navidad y celebrada la fiesta del Bautismo de Jesús, hoy hemos escuchado las lecturas propias del segundo domingo del tiempo ordinario. Un tiempo que nos va a dar la oportunidad de conocer al Jesús de cada día, al de los milagros y las parábolas, al del encuentro con la gente para llevarles al convencimiento de que eran profundamente amados por un Dios que es Padre. Un Padre que quiere que nos amemos entre nosotros, como signo visible de lo que le amamos a él. El evangelista San Mateo nos mostrará su particular visión de Jesús y de la Buena Noticia que nos trajo.
HOMILÍA
Celebra hoy la Iglesia la fiesta del Bautismo de Jesús. En estos días pasados, hemos contemplado a un Jesús recién nacido, adorado por los pastores y los magos de oriente. Desde este domingo, vamos a ver a un Jesús, ya adulto, que comienza a predicar, a hacer milagros, a mostrarse como lo que realmente es, después de haber pasado treinta años escondido en Nazaret, dedicado a su trabajo, siendo un vecino más, sin que nadie notara nada extraordinario ni en sus palabras ni en sus hechos. Con esta festividad, damos un salto en el tiempo y nos disponemos a ser oyentes de Jesús gracias a las palabras que escribió el evangelista San Mateo.
HOMILÍA
Cuando un año termina y otro empieza los seres humanos lo llenamos de fiesta, de alegría, de encuentros con los amigos y los familiares, de buenos deseos que vamos repartiendo a todos aquellos que nos encontramos. Sería bueno que, además, los cristianos pusiéramos también una buena dosis de plegaria, de revisión de lo que hemos hecho o dejado de hacer en el año que termina, de petición de perdón, de acción de gracias y que le invitásemos al Señor a que fuera nuestro compañero de camino en esos trescientos sesenta y cinco días que tenemos por delante. Comenzar el año de la mano de Señor es una buena forma de comenzarlo.
HOMILÍA
Las conocidas palabras del Evangelista san Lucas han resonado, una vez más, en nuestras vidas y en nuestros corazones: Dios se hace hombre, nace en un humilde portal de los alrededores de Belén. Allí están María y José. Quizás algunos animales. Pronto el cielo se poblará de ángeles, de cantos, de música y pastores de los alrededores se acercarán para echar una mano, para admirarse del misterio que rodea siempre el nacimiento de un niño. Le llevaran regalos pero, más importante todavía, terminarán dejando allí sus corazones y se volverán con un interrogante: ¿Quién es este niño? ¿Qué será de Él?
HOMILÍA
El cuarto domingo de adviento participa, como no puede ser de otra manera, de la espera y de la esperanza que nos anima a los creyentes en Jesús. También de esa necesidad de seguir preparando los caminos del Señor con una necesaria conversión del corazón. No podemos olvidarnos tampoco de esa llamada a la alegría y al gozo del que se nos hablaba el pasado domingo. Hoy añadimos algo nuevo: los nombres de José y de María, los que acogerán en sus brazos y cuidarán a Jesús, los que pondrán calor y cariño en aquella oscura cueva de los alrededores de Belén.
