Categoría: "EVANGELIO COMENTARIOS"
ASCENSIÓN DE JESÚS
Con sencillez y gran simbolismo, narra Marcos en su evangelio la Ascensión de Jesús al cielo; apareciéndose una vez más a aquellos que durante algunos años le habían acompañado en su predicación del Reino de Dios, Jesús quiso recordarles lo fundamental: enseñad a todos el Evangelio mostradla Buena Noticiade la salvación.
Pero antes de partir les queda y nos ha quedado a todos sus discípulos un mandamiento muy especial: id y haced discípulos; id y predicad; id y anunciad a todos lo que habéis visto y oído, lo que habéis experimentado conmigo. Proclamar el evangelio de Jesús no es una simple transmisión de datos o acontecimientos; va mucho más allá.
VI Domingo de Pascua. Ciclo B
Del mismo modo que el domingo pasado Jesús utilizaba la imagen de la vid para recordarnos que no podemos tener una auténtica vida fuera de Él, ahora vuelve a repetirnos la misma idea: Hemos de permanecer en Cristo, hemos de seguir los mandamientos de Dios.
Sin embargo en estas líneas descubrimos algo diferente: Jesús quería quedar muy claro que cumplir los mandamientos no es una losa pesada que se impone al hombre; el mandamiento que propone Jesús es el amor; amaos unos a otros como yo os he amado. Y eso reporta alegría y felicidad, todo lo contrario a vivir pendientes de multitud de normas que alejadas del amor no tienen sentido alguno.
V DOMINGO DE PASCUA. CICLO B
Amarrados a Cristo y unidos a Él de tal manera que su sabia y su vida fluya por nuestra propia sangre. Es la idea que sugiere este evangelio de San Juan. La alegría de la Pascua inunda nuestros corazones y estas líneas de la Palabra de Dios nos recuerdan la importancia de permanecer unidos a Cristo, la verdadera vid.
Jesús quería dejar claro a sus apóstoles que no pueden olvidar de dónde viene la fuerza que les capacitaba para anunciar más tarde la buena noticia de la salvación; lejos de la vid, el sarmiento se seca, puesto que no corre en su interior la vida verdadera y la sabia que refresca y da fruto.
IV DOMINGO DE PASCUA
Ser discípulos de Jesús consiste en seguir pasos del Buen Pastor, escuchar su voz y atender a los caminos que Él nos va marcando; y más que mirar continuamente a este Buen Pastor, es dejar que Él se fije en nosotros y se preocupe por cada una de sus ovejas. Jesús es el Buen Pastor.
Él ha dado su vida por el rebaño, y el tiempo de Pascua es la exaltación del amor de Dios a los hombres que ha quedado ratificado en la resurrección de su Hijo Jesús; vio venir al lobo y no huyó, al contrario, hizo frente a todo lo que separaba a la humanidad de Dios, y entregando su vida en el madero nos ha abierto de nuevo la puerta del redil.
Domingo III Pascua. Ciclo B.
Jesús apareció en medio de ellos, tal y como lo había prometido: había resucitado y ahora su presencia era más que visible al grupo de aquellos que fueron sus seguidores durante varios años. Su saludo mesiánico de paz llenó sus corazones de alegría y confirmaba que era verdad todo lo que había proclamado y anunciado previamente: el Hijo del Hombre sería condenado y resucitaría al tercer día.
Pero asustadizos, como si vieran un fantasma, no acababan de creerse que era Jesús mismo el que les hablaba, el que podían ver en aquel instante. Al ver sus manos y sus pies, marcados por las heridas de los clavos, aún las dudas asaltaban sus corazones. Por eso pidió un poco de pescado y compartió de nuevo su comida con ellos.