Categoría: "EVANGELIO COMENTARIOS"
¡PALABRA DEL SEÑOR!
La liturgia de este domingo pone su fuerza en dos cosas: la importancia de la Palabra de Dios y el comienzo de la predicación de Jesús.
- Palabra de Dios
Cada vez que leemos la Biblia en la Liturgia de la Misa, levantamos el Libro, para que toda la Asamblea lo contemple y decimos: ¡Palabra de Dios! Él nos ha hablado y nuestra actitud de acogida ha de ser la del pequeño Samuel: "¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!". (1 Sam. 3.10)
2º DOMINGO TIEMPO ORDINARIO
Pasados los días de Navidad y Epifanía, se abre este tiempo que llamamos ORDINARIO, con este episodio tan conocido de las Bodas de Caná. Y solemos hacer de este Evangelio una doble lectura: la de la historia de lo que allí pasó y la de la realidad misteriosa, que encierra esta boda.
EL BAUTISMO DE JESÚS Y MI BAUTISMO
La Liturgia nos hace dar un gran salto, silenciando la vida oculta de Jesús, que la resume en estas palabras: "Y Jesús, iba creciendo en sabiduría, en estatura y gracia ante Dios y los hombres". (Lc. 2.52) Vivió en Nazaret. Por eso le llamaron el Nazareno. Trabajó con San José y le llamaron el "hijo del artesano".
Y salió de su casa a decir al mundo la Buena noticia: que su Padre Dios nos quiere y que Él ha venido al mundo a enseñarnos cómo es este amor.
Y EL VERBO SE HIZO CARNE
Y no se encarnó en una naturaleza pura, como la de Adán y Eva antes del pecado, sino en una naturaleza con las secuelas del pecado. A nosotros esto nos sigue pareciendo demasiado hermoso y nos cuesta creerlo. Un Dios hecho “carne” identificado con nuestra debilidad, nuestra fragilidad, nuestra vulnerabilidad. Un Dios que pisa nuestro suelo, come con nosotros el pan de los sudores, y experimenta el amargo sabor de nuestras lágrimas.
LA SAGRADA FAMILIA
Entre las muchas cosas buenas que tiene nuestra Navidad, no es la menor el clima familiar en que vivimos estos días, la ternura, que desborda la historia de Dios, que se hace hombre y los dolores y gozos de aquella Santa Familia, nos ayudan a reecontrarnos con nuestra familia y a descubrir los secretos de poder vivir en paz, en nuestra casa.
Hoy vemos a la familia de Nazaret peregrinando a Jerusalén y descubriendo allí la transcendencia de Jesús, el Hijo de Dios.
Y como conclusión práctica, la palabra de Dios nos invita a unas actitudes creyentes, para que nuestra casa se mire en aquel hogar.