Categoría: "EVANGELIO COMENTARIOS"
III Domingo de Adviento. Ciclo B
En Betania, futuro lugar de descanso para el Señor, se desarrolla la escena de este relato evangélico; a Juan Bautista se le acercan unos sacerdotes y levitas con la intención de obtener información sobre su persona; pero las primeras líneas del evangelista quedan bien claras quién era el precursor.
Sólo un humilde testigo, por medio del cual todos debían creer en la Luz; nos anticipan estas primeras palabras lo que acontecerá en el diálogo entre el bautista y los fariseos; ¿quién eres tú para que podamos decírselo a los que nos envían? Tenía bien claro Juan que no era el Mesías; no había sido el enviado por Dios para llevar al pueblo a la salvación y eso lo tenía muy claro. Ni siquiera se consideraba digno de desatarle los cordones de la sandalia al Ungido.
II Domingo de Adviento. Ciclo B (Mc 1,1-8.)
Una buena noticia anunciada por Jesús, el Hijo de Dios: así comienza Marcos su evangelio; no se trata de un anuncio distinto y diferente a lo proclamado por los profetas en el Antiguo Testamento, sino la plenitud hecha carne, la Palabra ratificada por Dios, la obra de la salvación realizada en Jesús, el Ungido, el Hijo de Dios.
Podríamos incluso decir que para Marcos sólo hay un evangelio, una buena noticia; y esa buena noticia es que Jesús ya está entre nosotros; incluso afirmaríamos que esa buena noticia es Jesús el Cristo, el Hijo de Dios. Todo un título programático para su narración de los hechos.
SOLEMNIDAD DE CRISTO REY
(Mt 25,31-46) Culminamos hoy el año litúrgico; último domingo de un tiempo en el que intensamente hemos intentado descubrir la presencia de Cristo en nuestras vidas. Y lo hacemos con la fiesta de Cristo como Rey del universo. Una realeza que no se parece a ninguna realeza humana, a ninguna forma de poder temporal.
Cristo no vino a dominar, sino a servir, Cristo no vino a explotar, sino a amar a todos por igual; él tiene ejércitos; sólo su pobreza es la defensa y sus armas frente al egoísmo del mundo. Y en eso consiste el juicio que presenta Mateo en el evangelio.
DOMINGO 33 TIEMPO ORDINARIO
(Mt 25,14-30) A la hora de describirnos o presentarnos a los demás, pocas veces nos fijamos en los talentos que hemos recibido; en primer lugar nos cuesta decir cómo somos, quizá porque no somos consciente de todas nuestras posibilidades; en segundo lugar porque parece como una falsa modestia decir que tenemos virtudes y muchas cualidades.
Las palabras que hoy nos dirige Jesús pueden hacernos recordar lo mucho que hemos recibido, la enorme variedad de cualidades que poseemos, los muchos talentos recibidos gratuitamente, y lo poco que los hemos explotado.
DOMINGO 32 TIEMPO ORDINARIO
(Mt 25,1-13) Vivimos demasiado tranquilos, olvidándonos de que estamos en esta vida de paso y que nos espera toda una eternidad; así nos lo recuerda Jesús en el evangelio de este domingo. La invitación a velar porque "no sabemos ni el día ni la hora” en que llegará el esposo, podría parecer como una advertencia a vivir en constante intranquilidad. Pero tampoco debemos vivir en un constante temor, en desasosiego; no sería tampoco humano.
Tener el corazón en vela implica una actitud que parte de una paz interior y una mirada puesta en la eternidad. El Señor así quiere recordárselo a sus discípulos con la parábola de las doncellas. Quizá la única diferencia entre unas doncellas y otras era su estado de ánimo. Las cinco prudentes ciertamente se durmieron en esa espera del esposo, pero antes estaban preparadas con las alcuzas llenas de aceite. Su ánimo, su corazón estaba esperando la venida de su señor.