Categoría: "EVANGELIO COMENTARIOS"
I DOMINGO DE CUARESMA
El miércoles de ceniza oímos, todos, la invitación del Señor: "Convertíos y creed la Buena Noticia". Y en ese rito de la ceniza, que nos hacía reconocernos pecadores, comenzábamos el largo camino hacia la Pascua.
¿Por qué nos tenemos que convertir? Convertirse significa volverse a Jesús. Volverse del todo. Querer identificarse con Él. Nunca somos del todo como Jesús. La conversión es algo permanente.
VII DOMINGO ORDINARIO
«TRATAD A LOS DEMÁS, COMO QUERÉIS QUE ELLOS OS TRATEN»
A esta frase del Evangelio de hoy, se le suele llamar "la regla de oro" de la caridad. Todos nosotros estamos más hechos a un amor de reacción, que a un amor creativo. Pagamos con la misma moneda, con que nos tratan. Queremos a quien nos quiere y devolvemos, frecuentemente, el "ojo por ojo".
VI DOMINGO ORDINARIO
«DICHOSOS LOS QUE AHORA TENÉIS HAMBRE»
Seguimos el itinerario de Jesús, conducidos por San Lucas. El Señor subió al monte, pasó la noche en oración y de madrugada, llamó a sus discípulos y eligió a Doce, a los que llamó Apóstoles. Para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar.
Al bajar al llano se encontró con la multitud de gentes, curó a muchos enfermos y empezó a enseñarles. Capítulo primero: las Bienaventuranzas. Sólo cuatro, no ocho, como Mateo. Pero más cortas, más directas, mucho más incisivas.
V DOMINGO ORDINARIO
LLAMADA Y ENVÍO
Son dos palabras que siempre van unidas en la Biblia. Dios llama para enviar. Llama por su nombre a muchas personas y les encarga tareas muy concretas. La lista de los llamados es muy larga: Abrahán, Moisés, Jeremías, María, Pablo, etc. La persona llamada siempre expresa su dificultad. Pero el Señor siempre se impone y lo envía en su nombre y con su fuerza: "Yo estaré contigo".
«EL AMOR NO PASA NUNCA»
Aunque, cada Domingo, es el Evangelio el que nos va marcando el tema de reflexión cristiana, hoy no podemos pasar por alto una de las páginas más bonitas y comprometedoras de toda la Biblia, que recoge la 1ª Carta a los Corintios, en el Cap. XIII. Una cita que nunca debiéramos olvidar.
A los novios que preparan la Liturgia de su Boda les encanta este texto, del que hacen una lectura romántica. Pero la exigencia de amor que plantea, va mucho más allá de la ilusión de unos enamorados.